Buenos días a tod@s
Nos hacemos eco de la noticia publicada el pasado día 21 de septiembre en La Gaceta de Salamanca sobre uno de los proyectos en los que participa el grupo de investigación de neurociencia y cognición al que pertenen nuestro claustro y en concreto Emma Rodero Doctora en la Universidad Pompeu Fabra.
Texto: Rosa Barrios
La voz es la herramienta de trabajo de Emma Rodero. Hace años su voz informaba a los salmantinos de las noticias de la ciudad desde la radio y a la vez enseñaba a los futuros periodistas a cómo utilizarla para que sus mensajes llegaran más y mejor a los oyentes. En la actualidad, esta salmantina es catedrática de Psicología de los Medios y Neucomunicación de la Universidad Pompeu Fabra y es la responsable del Media Psychology Lab, desde donde dirige un estudio pionero que facilitará la comunicación entre cuidadores y enfermos de alzhéimer. “Variaciones prosódicas para mejorar la respuesta cognitiva y la interacción comunicativa de los enfermos de Alzheimer con sus cuidadores” es el nombre del proyecto cuyo objetivo es analizar si los pacientes de Alzheimer son sensibles a las variaciones del tono, intensidad o duración del habla de los mensajes que reciben. Un estudio pionero, ya que hasta ahora se había analizado cómo se reduce la capacidad comunicativa de los enfermos, pero no cómo reaccionan a la comunicación, financiado Ministerio de Ciencia e Innovación y dirigido desde la Universidad Pompeu Fabra. En él participan además la USAL y la Universidad Autónoma de Barcelona.
Una investigación que tiene grandes aplicaciones prácticas, porque tanto los cuidadores como los familiares de una persona con alzhéimer no tienen herramientas para comunicarse con ellos. Así lo han asegurado en la primera fase de este proyecto, en la que se les planteaba cuánto de importante es la comunicación y cómo consideraban que era la mejor forma de hablar a un enfermo. “La mayoría advierten que hay un déficit de preparación, que nadie les enseña a cómo tratarles”, asegura Emma Rodero.
Tras esa fase del estudio, comenzó la experimental, la que les ha permitido medir la respuesta fisiológica a la comunicación. “Unos electrodos nos permiten medir el ritmo cardiaco y el sistema nervioso, eso nos mide su respuesta emocional y su atención a los mensajes que les llegan”, asegura Rodero. “En los mensajes hay de todo, cambios de tono, de intensidad, cambios de ritmo y de pronunciación, mensajes con una actitud muy paternalista o con tensión y sin tensión en la voz”, afirma. Una fase que se realizó mayoritariamente en Salamanca ya que contaron con la colaboración del CRE Alzhéimer, ubicado en la ciudad salmantina y la Asociación de Enfermos de Alzhéimer Salamanca. “Hicimos entrevistas del estudio experimental en el Laboratorio, pero tanto el CREA como la AFA nos consiguieron muchísimos voluntarios para hacer el trabajo del campo, así que la mayor parte del experimento lo hemos hecho en la AFA Salamanca, que es una ayuda inestimable. Los familiares están muy interesados en esto y nos lo han demostrado colaborando”, asegura Emma.
Tras hacer este trabajo, llegan las conclusiones. “Hay cosas que, aunque parezca obvio decirlas, son importantes porque ya no puedes hablar a tu padre o tu madre como siempre lo habías hecho”, asegura Emma que añade que las estrategias que mejor funcionan para tratar con enfermos de alzhéimer son “hablar de manera tranquila, cariñosa. Marcarles con la entonación la palabra que más interesa que asuman, funciona muy bien la sobre articulación y la entonación. A nadie le gusta que le hablen monótono, pero a ellos menos. La intensidad alta tampoco funciona ni la velocidad rápida porque no les da tiempo a entender el mensaje”. Estas conclusiones, que son solo una parte de todo lo que ha permitido conocer este estudio, se van a plasmar en una web donde habrá un test auditivo para que cualquier persona, sin electrodos, pueda ver cómo reacciona a un mensaje. También se pondrán los resultados y cuenta con recursos para los cuidadores. Además, desde el Laboratorio van a preparar un curso para residencias, dirigido a cuidadores profesionales y también a las asociaciones de familiares de alzhéimer, que también necesitan orientación porque se quejan de que no tienen nada de formación. “La comunicación se deja de lado en la formación, se atiende fundamentalmente el tema sanitario, pero es muy importante, porque de cómo les hables depende la respuesta, su reacción. El estado emocional de un enfermo de alzhéimer hace que se enfade con frecuencia y con esto se puede paliar esta respuesta”, concluye Emma Rodero.
Un trabajo que permitirá que los familiares y cuidadores usen la voz, esa herramienta que Emma conoce tan bien, para tener un día a día más sencillo y poder comunicarse con cada enfermo.
Las enfermedades neurodegenerativas se han convertido en la llamada sociedad del bienestar en una de las grandes plagas contra la salud y la calidad de vida del ser humano. Atajar su incidencia e incluso eliminar su aparición se ha convertido en objetivo prioritario para un gran número de grupos de investigación de todo el mundo. Otros, de forma más modesta, centran su atención en minimizar los efectos de dichas patologías —dado que carecen actualmente de cura— a través de una detección precoz y un combate más efectivo de sus manifestaciones. La Universidad de Salamanca, que desde hace años viene siendo muy sensible hacia este tipo de enfermedades, cuenta también con varios grupos implicados en este reto. Entre ellos figura el encabezado por Juan José García Meilán y José María Criado, quienes desde hace años vienen trabajando en la relación que existe entre la voz y las enfermedades neurodegenerativas. Es más, en sus investigaciones en el laboratorio han sido capaces de detectar cambios en la voz y en el habla de las personas mayores con ciertos déficits cognitivos.
Reportaje MUY SALMANTINO DOMINICAL grupo de investigacion de Juan Jose Garcia sobre las demencias en mayores a traves de la voz
Un paso muy importante a la hora de diagnosticar de forma precoz una demencia en este grupo de población. Pero no conformes con ello, estos investigadores han querido ir más allá y agilizar el proceso de detección al máximo. Con el fin de evitar los largos y concienzudos trabajos de laboratorio, han diseñado un dispositivo móvil que en tan solo quince minutos es capaz de realizar todo ese trabajo. Solo se necesita que el paciente lea un texto e improvise una conversación. El prototipo ya está en marcha y en estos momentos está en fase de experimentación.
Los primeros resultados son muy esperanzadores. En pocos años podría estar comercializado y al alcance de cualquier servicio clínico. Pero el camino para llegar a este punto no ha sido nada fácil. Todo empezó hace más de una década cuando en la Universidad de Murcia deciden estudiar el llanto de los bebés con el fin de analizar sus emociones. Fue entonces cuando este grupo de investigación de la Universidad de Salamanca opta por trasladar esos mismos planteamientos a las personas mayores, pero en esta ocasión con el fin de detectar posibles déficits cognitivos. “Pensamos que el uso de la voz no se estaba utilizando y que podía ser revelador para la detección precoz de determinadas demencias”, señala Juan José García Meilán. Dicho y hecho.
Reportaje MUY SALMANTINO DOMINICAL grupo de investigación de Juan Jose Garcia sobre las demencias en mayores a través de la voz
Se ponen manos a la obra y tras no pocas pruebas y una serie de evaluaciones llegan a la conclusión de que “la voz y el habla de las personas son muy reveladoras de cómo está el sistema cognitivo”, subraya este investigador de la Facultad de Psicología. Pero llega lo más difícil. Todo eso que se ha realizado en el laboratorio tiene que ser concentrado a través de un dispositivo que en pocos minutos pueda realizar dichas pruebas diagnósticas. No fue fácil, pero con trabajo y la ayuda de un equipo multidisciplinar logran crear dicho prototipo, que actualmente está ya en uso. “Estamos en la fase de elaboración clínica del dispositivo; es decir, que una vez que se ha comprobado que funciona en el laboratorio lo que hacemos es realizar dicha comprobación en evaluaciones reales”, afirma García Meilán, quien confía en que dentro de dos o tres años se puedan obtener “unos datos ya fiables” y lanzar el referido dispositivo al mercado. “Este dispositivo puede abrir una posibilidad tremenda en la detección precoz y posterior intervención de las personas con demencia, y así poder mejorar su calidad de vida”, apostilla José María Criado.