Cuando hablamos de rehabilitación cerebral ante una enfermedad neurodegenerativa no hablamos solo de que una persona consiga mantener las actividades de caminar, hablar o controlar sus necesidades fisiológicas.
Además de estos aspectos, la rehabilitación tiene como fin que la persona se mantenga en la medida de los posible en su ambiente personal, familiar y social. Que preserve las principales funciones de la vida diaria. Y para lograr este objetivo, los deterioros cognitivos y conductuales son una seria limitación, cuando no es un impedimento total. Hablamos de intervención psicosocial cuando aplicamos procedimientos, técnicas y apoyos con el fin de que las personas con deterioros cognitivos y conductuales puedan mantener de forma independente sus actividades cotidianas, mantener sus procesos cognitivos y preservar conductas y emociones adaptadas personal y socialmente.
Las terapias estimulativas pretender fomentar, como un soporte terapeútico básico, la optimización y el aumento de la comunicación cerebral a través de los diferentes órganos sensoriales. Comunicación con nuestros procesos cognitivos: fomento del lenguaje, aumentar las sensaciones visuales, auditivas, motoras, táctiles, olfativas; provocar estímulos internos, desde la memoria semántica, autobiográfica, olfativa, auditiva...; provocar relaciones sociales, emocionales y motivacionales. Estas terapias tienen en común que utilizan estímulos dirigidos a alguno de los sentidos con el fin de favorecer las operaciones cognitivas o de mejorar la afectividad o conducta. Son programas que no están basados en la idea del mantenimiento cognitivo por medio del entrenamiento, sino que tiene una función "rehabilitadora y terapeútica" basada en el mero trabajo del cerebro en respuesta al ambiente. Son terapias que parten de la premisa de que los mayores con demencia son capaces de responder al ambiente, y por lo tantos son capaces siempre de aprender, al menos en estados iniciales y leves de la enfermedad, y disponen por lo tanto aún de un cierto grado de la neuroplasticidad del cerebro. Consideran que es conocido que las personas con deterioro cognitivo sufren de un cierto enlentecimiento en sus órganos sensoriales y de respuesta al ambiente, pero esto solo debe hacernos entender que debemos adaptar la estimulación del ambiente a las peculiaridades de su interacción co el entorno.
En este tipo de terapias estimulativas se tienen muy en cuenta la arquitectura funcional de las actividades cognitivas y las relaciones entre ellas. La información que recibimos del ambiente nunca es única o monotemática, sino que es diversa, multidimensional y está fundamentada en procesos cognitivos diferentes que interaccionan al mismo tiempo. Por ejemplo, una música es obviamente audición, pero no es acústica solo, la música son series de notas secuenciales buscando determinadas armonías, es recuerdo si es conocida, es emoción, es aceleración de la actividad psíquica, es... La estimulación sensorial pretende optimizar el funcionamiento general de la arquitectura cognitiva abordando diferentes áreas de intervención.