Se trata sin duda de uno de los síntomas peor soportados por el entorno del demente (familia y sociedad). Además son vivenciados de una forma especialmente catastrofista, denigrante y humillante. Al mismo tiempo constituyen un factor pronóstico de primer orden para la institucionalización. Generalmente, aparecen en fases leves y moderadas de la enfermedad, es decir al inicio y etapa intermedia, desapareciendo en las últimas fases en las que el grado de deterioro global es tan alto que no tienen capacidad para su expresión. Los síntomas conductuales pueden ser muy variados y floridos, adquiriendo una prevalencia elevada. 

 

1.- Delirios

Son trastornos del pensamiento en los que se expresa una idea o realidad errónea o imposible. Existe una pérdida del contacto con la realidad y por tanto no debe pretenderse convencer al individuo de su error, ya que éste no lo percibe. Su frecuencia varía según las series consultadas, sin embargo como promedios podrían cifrarse en torno al 25-75 %. Se observan con más frecuencia dentro del ámbito institucional, y esto obedece a que efectivamente los casos más dificultosos en su manejo son derivados a este medio (ya hemos referido que son un predictor de institucionalización). Por lo general los delirios del demente no suelen tener un grado de estructuración y elaboración tan complejos como los de otras patologías psiquiátricas. Suelen acompañarse de otras manifestaciones, destacando la agresividad tanto verbal como física. Son temas recurrentes de delirios: robo, infidelidad, celos, impostores, suplantaciones, etc.

2.- Alucinaciones

Son percepciones sensoriales (visuales, auditivas, olfatorias, etc.) anómalas, que no han tenido lugar en la realidad, pero que el individuo las percibe como ciertas. La afectación de los órganos de los sentidos que acontece en el envejecimiento, predispone hacia éstas. Pueden llegar a presentar tasas entre el 15-50 %, con mayor predominio de las visuales, seguidas de las auditivas. A medida que progresa la enfermedad van haciendo aparición y se consolidan las alucinaciones siendo más frecuentes en la etapa media-avanzada de la enfermedad.

3.- Anomalías en el reconocimiento (Falsas identificaciones)

Consisten en identificaciones erróneas de personas u objetos. Se trata de actos de difícil definición ya que pueden quedar enmascarados por las agnosias así como por los delirios y alucinaciones. Aparecen en el 25-50 % de los dementes en algún momento de su evolución. Las variedades que pueden darse son múltiples: - Falsos Reconocimientos de Familiares = Prosopagnosias (confunde al marido con el hijo o con su padre, etc.) - Fantasmas en el domicilio - Relación con los espejos

4.- Trastornos de la personalidad

Probablemente, se trate del síntoma más prevalente de las demencias; apareciendo en el 95 % de los casos. En su génesis intervienen la dificultad que presenta el sujeto para adaptarse a situaciones de la vida diaria y las respuestas descoordinadas de éstos. Aparecen en estadios precoces, siendo a veces la primera señal de alarma de la enfermedad. Los dementes se vuelven más intransigentes, más rígidos y rudos, con agitación y agresividad, etc.; otras veces se tornan apáticos, retraídos, con tendencia a la desinhibición, egocéntricos. Pierden el interés por sí mismos y por el entorno, abandonan el aseo, afeitado, dejan de arreglarse, se visten desaliñadamente y con ropa sucia, etc.

 

5.- Trastornos en el comportamiento

Vagabundeo o Erratismo: Se denomina así a la tendencia al paseo errático y sin rumbo que presentan los dementes. “parece como si buscasen algo o a alguien”. Se exacerba por las noches como consecuencia de la desorientación nocturna. Constituye una fuente de riesgos apreciable en forma de caídas, accidentes, etc.; así como un foco de estrés de los cuidadores y familiares. Aparece en torno al 60 % de los dementes. No tienen un tratamiento específico, ahora bien, debemos evitar reprimir esta tendencia mediante sujeciones u otros artilugios, ya que aumentan el nivel de excitación y ansiedad. Por el contrario deben favorecerse mediante pistas para erráticos con medidas de seguridad en centros institucionales.

Inquietud o Agitación Psicomotriz: Denominamos como tal a aquella situación en la que el paciente precisa estar moviéndose continuamente o manipulando objetos. A veces se acompaña de otras alteraciones que lo exacerban como ansiedad, insomnio, etc. Aparece en fases intermedias y avanzadas de la enfermedad.

Agresividad: Puede ser verbal manifestada en forma de hostilidad, insultos y gritos; o bien física contra el entorno o contra sí mismos. Puede aparecer en cualquier fase de la enfermedad, aunque probablemente sea más típica de la fase intermedia o moderada. Suele originar graves problemas en el manejo de estos pacientes, hasta el punto que constituye el primer determinante de institucionalización. Evolucionan por brotes a lo largo de la enfermedad. Sin embargo esto no debe hacernos caer en la dejadez y no chequear causas añadidas de irritabilidad como dolores, infecciones, etc., de las cuales el demente no puede advertirnos.

Disfunciones Sexuales: En los dementes son frecuentes y pueden tener un amplio abanico de presentación desde la apatía, al exhibicionismo, tocamientos, actividad sexual compulsiva, cambio en la apetencia de sexo, etc.

Trastornos del Apetito: Del mismo modo encontramos situaciones que pueden ir desde la anorexia extrema a la bulimia más compulsiva. Incluso en un mismo enfermo se pueden alternar ambas.

Depresión: La demencia multiplica el riesgo de padecer una depresión en 3-4 veces. Así, es fácil encontrar prevalencias de depresión en dementes que sobrepasan las cifras del 30-50 %. Aparece en fases iniciales de la enfermedad, cuando el sujeto percibe sus fallos y lagunas. Además, corrobora la teoría esbozada de la conservación neuronal (es necesario conservar un nivel mínimo, para poder llegar a deprimirse). Por otra parte, parece que también en los dementes se producen modificaciones en los neurotransmisores. La depresión en el demente ha de chequearse de forma sistemática, ya que podría pasar desapercibida por la falta de queja del propio paciente.

Insomnio: Es un trastorno habitual en los dementes. Sin embargo no todos los autores lo entienden como insomnio sino que algunos lo interpretan como una incapacidad para mantener el sueño o alteración del ritmo nictameral. Contribuyen a ello la citada desorientación nocturna así como la irritabilidad y agitación que les produce la noche.

 

 

 

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Estimados amigos

Desde la Universidad de Salamanca y Formación Alzheimer os queremos invitar a participar en la nueva edición del curso de "Intervención Psicológica, Cognitiva y Conductual en las Demencias".

En el tratamiento de pacientes con demencia es necesario un abordaje terapéutico multidimensional, que integre estrategias no farmacológicas con finalidad terapéutica además del tratamiento farmacológico específico.

Las terapias no farmacológicas (TNFs) para las demencias deben aplicarse tras haber realizado una exploración neuropsicológica exhaustiva que establezca las características (fuerzas y limitaciones) cognitivas, síntomas conductuales, psicológicos y capacidades funcionales del paciente, con el fin de establecer unos objetivos terapéuticos específicos para cada paciente en particular. Los distintos tipos de TNFs tratarán de retrasar el deterioro, recuperar las funciones (cognitivas y conductuales) perdidas o mantener durante el mayor tiempo posible las que aún están preservadas, mejorar el control de los síntomas no cognitivos y aumentar, en lo posible, la calidad de vida del paciente. Existen numerosas clasificaciones de las TNFs, siendo importante conocer todos los tipos y sus aplicaciones con el fin de poder realizar un abordaje terapéutico integral de las personas con demencia, realizando programas de atención individualizados adaptados a cada paciente particular. La Asociación Americana de Psiquiatría (APA) ha clasificado los diferentes tipos de intervención psicosocial en cinco:

  • Terapias de enfoque emocional
  • Terapias de aproximación conductual
  • Terapias de enfoque cognitivo
  • Terapias de estimulación
  • Terapias orientadas hacia el/ la cuidador/a

Durante el curso se hará hincapié en los tipos de terapias que mayor literatura han generado, que mayor grado de recomendación tienen y que se utilizan con frecuencia en el tratamiento de las demencias (programas de estimulación y actividad, técnicas de modificación de conducta, entrenamiento en capacidades cognitivas específicas, estimulación multisensorial, entrenamiento en actividades de la vida diaria, nuevas tecnologías, etc). 

El curso tiene como objetivos principales

  • Saber analizar la situación cognitiva, psicológica y funcional previa a la realización de un programa de intervención no farmacológica.
  • Diferenciar cuáles son las capacidades y limitaciones cognitivas que presentan las personas con demencia en sus distintas fases.
  • Saber utilizar los tipos de terapias no farmacológicas aplicables en las demencias, cuándo y cómo llevarlas a cabo.
  • Saber integrar la intervención psicológica, conductual y cognitiva dentro del abordaje multidisciplinar de la enfermedad de Alzheimer y otras demencias. 

El curso tiene una duración de 51 horas dando comienzo el próximo 22 de febrero hasta el 7 de marzo. Durante estas semanas tendrán lugar dos seminarios presenciales los días 27 de febrero y 6 de marzo  impartidos por

  • María LLorente Cano. Logopeda. Centro de referencia estatal de Alzheimer de Salamanca
  • Mireia Tofiño García. Terapeuta ocupacional. Centro de referencia estatal de Alzheimer de Salamanca
  • Cristina Jerano Río. Psicóloga. Profesora del departamento de Personalidad, Evaluación y tratamiento. Universidad de Salamanca
  • Noelia Flores RobainaPsicóloga. Profesora del departamento de Personalidad, Evaluación y tratamiento. Universidad de Salamanca

El finalizar el curso se obtiene un diploma de la Universidad de Salamanca que acredita con 2 créditos de formación especifica. 

Los interesados en formalizar su matrícula deben dirigirse el Centro de Formación Permanente de la Universidad de Salamanca (haga click aquí)

La fecha límite para formalizar la matrícula es el 19 de febrero.

Si deseas más información puedes ponerte en contacto con nosotros en el correo Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.  o en el teléfono 677 860 126.

 


 

 

 

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