¿Cuales son los efectos del ejercicio sobre el enfermo de Alzheimer?
La prevención de los síndromes que producen más frecuentemente discapacidad en las personas mayores, tales como: síndromes del aparato respiratorio (obstrucción al paso del flujo aéreo, disminución de la elasticidad del parénquima, alteraciones musculoesqueléticas del tórax, etc.); síndromes de aparato locomotor (alteraciones en columna vertebral y grande articulaciones, pérdida de fuerza y potencia muscular, disminuciones de amplitud articular, trastornos neurológicos con expresión, locomotora etc.); Síndromes vasculares centrales y periféricos (hipertensión, vasculitis periféricas, arterioesclerosis, etc.). Y también la prevención de alteraciones que se producen en las funciones ejecutivas y relacionadas con este tipo de memoria, en general se aprecia cierta tendencia a la disminución de los síntomas que acompañan a los trastornos cognitivos adquiridos.
Muchos estudios muestran que las influencias de la actividad física sobre el sistema neuronal implican la atenció, el aprendizaje y la memoria. Muchas evidencias sugieren que los beneficios de la actividad física influyen en las funciones cerebrales y el proceso de control cognitivo en particular. Los efectos de la actividad física en la cognición se deben a variaciones en el sistema nervioso en general, en las moléculas y en los niveles celulares del mismo y están asociados con los cambios en el volumen cerebral, la fluidez de la sangre en el cerebro y los factores de crecimiento. Los beneficios del ejercicio se refieren al control ejecutivo de la cognición, incluyendo atención selectiva, planificación, organización, multitarea, inhibición y memoria de trabajo, y estos beneficios pueden ser más pronunciados en las mujeres que en los hombres adultos.
El ejercicio físico ( por ejemplo, planificar movimientos corporales repetitivos estructurados que añadiría o mantendría la aptitud física) puede ser un método de prevención de discapacidad o disminuir un declive en la actividad física y las funciones cognitivas y sus consecuencias en las actividades de la vida diaria. El ejercicio aeróbico, que mejora el funcionamiento cardiorespitaroio, afecta de una forma beneficiosa a la ejecución de las funciones cognitivas en las personas adultas.
Una de las actividades de ocio más estudiadas es el ejercicio físico. Varios estudios han mostrado una asociación positiva entre la actividad física y el funcionamiento cognitivo en personas mayores. Uno de los mecanismos por los cuales la actividad física puede ser beneficiosa para la cognición es que dicha actividad estimula factores tróficos y el crecimiento neuronal, posiblemente proporcionando una reserva contra la degeneración y la demencia. En algún estudio se encuentra una relación importante entre la actividad física en las primera etapas de la vida, independientemente de la actividad física actual, con la velocidad de procesar información, esto sugiere que los individuos físicamente activos en las primeras etapas de su vida pueden beneficiarse de ello en términos de una mayor velocidad de procesamiento de la información en la vejez. Además de los cambios estructurales en el cerebro ( reserva cerebral) la actividad física en las primeras etapas de la vida puede aumentar la capacidad funcional del cerebro (reserva cognitiva) , al aumentar la eficacia nerviosa.
También se ha demostrado que la actividad física mantiene y estimula el flujo sanguíneo cerebral al aumentar la vascularización del cerebro. Esta situación puede provocar una mejora en la capacidad aeróbica y la llegada de nutrientes al cerebro.
Finalmente es posible, que factores que afectan a la reserva cognitiva puedan impedir u obstaculizar el desarrollo patológico de las enfermedades que cursan con demencia. Involucrarse en actividades voluntarias complejas puede incluso disminuir la neurodegeneración. Esto podría ser debido a una gran variedad de procesos neurobiológicos, como la activación neuronal crónica, asociada con un aumento del trabajo del cerebro, mejor circulación de la sangre en la zona cerebral y mejor metabolismo de glucosa y oxigeno o incluso a través de una mayor habilidad para la generación de neuronas nuevas en la etapa adulta.
El ejercicio físico, al mejorar la fuerza y la resistencia muscular y la flexibilidad, regula aspectos relacionados con problemas nutricionales, como puede ser la falta de apetito, controla el peso, facilita conductas y sensaciones positivas de la persona, contribuyendo, por ejemplo, a superar actitudes depresivas, mejora el sistema cardiovascular y favorece la circulación sanguínea cerebral. Todos los beneficios que el ejercicio físico aporta a las personas de edad avanzada tienen especial incidencia en las personas con enfermedad de Alzheimer, incluso como factor protector.
SESIÓN BÁSICA DE EJERCICIOS. PROGRAMA DE ACTIVIDAD FÍSICA
Debe ser una ténica en grupo que no exceda de 10 personas por grupo, pero que en todo dependerá del tamaño del lugar donde se realice, normalmente es aconsejable emplear una sala aireada y luminosa, con suelo antideslizante de no menos de 50 metros cuadrados de superficie y a un temperatura que se mantenga entre los 18 ºC y 20º C.
La sesión deberá durar entre 50 y 55 minutos. Al menos deben realizarse dos sesiones a la semana, pero lo aconsejable es realizar tres, Al inicio de la sesión se deberá comprobar en una rápida inspección la indumentaria, que estará compuesta por ropa cómoda y amplia, a ser posible de algodón, con zapatillas deportivas con suela antideslizante.
La sesión se iniciará con un periodo corto ( 5 a 7 minutos) de calentamiento y posterior estiramiento de los principales grupos musculares.
Después se trabajarán componentes de movilidad y fuerza, dedicando cada sesión a los distintos segmentos corporales y combinando ejercicios de fuerza y movilidad, con una duración aproximada de 15 minutos
Después se dedican entre 15 y 20 minutos a ejercicios de coordinación, agilidad y equilibrio, se utiliza algún material como picas, pelotas y se combina con juegos cooperativos.
La sesión finaliza con la realización de ejercicios respiratorios y de relajación
De vez en cuando conviene controlar durante la sesión a frecuencia cardiaca para que todos los ejercicios que se realicen estén dentro del 70-80% de la frecuencia cardiaca aeróbica máxima.
Hay que tener en cuenta que los ejercicios como las cargas en decúbito supino sobre la zona dorsal o los movimientos exagerados del tronco y el cuellos están contraindicados.